Esta es una actividad que motiva mucho a todas las edades.

La podemos proponer después de una sesión en la que hayamos hecho yoga a través de una historia e invitar a que la decoración de las piedras tenga que ver con elementos o animales que hayan salido en la historia.

O pintar mandalas también da mucho juego, aunque necesitaréis piedras algo más grandes.

Es bastante probable que aunque propongais elementos del cuento que hayais explicado, caras con emociones o mandalas, cada un@ plasme en la piedra aquello que le apetezca y le plazca. A mí, personalmente es lo que más me gusta de estos espacios de creación y los suelo substituir por la meditación en los días en los que hay una energia muy intensa, o en grupos que de por sí son muy activos.

No es una actividad que implique una gran preparación ni recoger o limpiar después de hacerla, ya que existe en el mercado una gran variedad de rotuladores que te permitirán pintar las piedras como quien pinta un trozo de papel. (En el apartado Material versátil encontrás algunos)

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